A diferencia de la arena como material fijo y estable, el agua y la luz son dos elementos en constante movimiento y cambio, ambos sujetos al paso relativo del tiempo. Heráclito lo predijo siglos atrás cuando afirmó que nadie puede bañarse dos veces en un mismo rio, aunque aparentemente el río sea el mismo. El agua, su cauce y los elementos que contiene, cambian siguiendo el compás del tiempo.
Hace años que estudio esta relación a través de la Fotografía. El disparo fotográfico permite registrar lo que el ojo humano no puede fijar en el momento que se produce. La cámara permite aislar estos intervalos y trascender su propia naturaleza de lo real, llegando incluso a penetrar su más íntima esencia. En este caso, las simples olas del mar al romper sobre la arena de la playa se funden con las sombras del ser que camina o se estaciona sobre ella ofreciendo diversas lecturas y significados.
Photos and copyright Carlos Flaqué Monllonch
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