El rastro dejado
por los objetos en movimiento en una fotografía es debido a su velocidad y
al movimiento de la cámara, de nuestras manos, cuerpo, energía y vibración
aplicadas por nosotros mismos en el momento del disparo. Como los objetos en la
escena se mueven y el fotógrafo aplica su propio movimiento, el efecto
resultante varía también según la posición de los objetos y el desplazamiento
de la cámara durante el tiempo de exposición determinado por el obturador.
Cuando el ojo de un
animal está en movimiento la imagen sufre la incapacidad de apreciar detalles.
Para compensar esta distorsión los seres humanos alternan entre ciertos
movimientos oculares y fijar la vista en un único punto. Esto reduce el efecto
de “motion blur”, justamente el que busco provocar a través de la cámara. La
fotografía, al igual que el cine o el video, permite crear meta realizaciones que
la visión humana no puede generar ni retener. Es por ello que el proyecto sigue
avanzando pero esta vez con “HUMANOS”.